Hoy he vivido uno de los episodios más frustrantes en mi trayectoria en el Ayuntamiento de Jaén. Sin previo aviso, sin siquiera una llamada de cortesía, nos hemos enterado por la prensa de que el alcalde ha decidido retirarnos nuestras competencias como concejales. ¿El motivo? Según él, razones personales, aunque el trasfondo real parece ser otro: un berrinche político.
Esta decisión implica que tres áreas clave del Ayuntamiento quedan descabezadas hasta, al menos, el 2 de enero. La gestión de cultura, patrimonio y empleo, áreas que han funcionado con éxito durante esta legislatura, se detienen en seco. Es un boicot a la ciudad de Jaén y a su gente, que no merece pagar las consecuencias de decisiones políticas impulsivas.
En mi caso, en IMEFE, hemos logrado asegurar más de 10 millones de euros en subvenciones destinadas a generar empleo y ayudar a las familias. Ahora, esos proyectos quedan en el aire. Las subvenciones requieren una atención diaria, trámites, firmas, documentación… ¿Quién se encargará de todo eso?
Hoy también hemos tenido la visita del secretario general del Partido Popular, Antonio Repullo. Admito que tenía dos expectativas: que trajera soluciones concretas o que hiciera un análisis detallado del estado de las medidas acordadas. Sin embargo, no ocurrió ni una cosa ni la otra. Lo único que trajo fueron críticas y datos poco creíbles sobre la gestión.
Mientras nosotros peleamos por traer inversiones y proyectos a Jaén, el alcalde y el PP local se enfocan en atacarnos. Esto no se trata de egos ni de partidos; se trata de Jaén, de su gente, y del futuro que queremos construir para nuestras familias.
El detonante de todo, según el alcalde, fue mi salida de un grupo de WhatsApp. Sí, has leído bien: un grupo de WhatsApp. Abandonarlo fue una decisión personal, porque cuando el ambiente es tóxico y se cruzan ciertos límites, lo mejor es apartarse. Pero gobernar Jaén no se hace en un chat; se hace en los plenos, en las comisiones, trabajando de verdad por la ciudad.
En lugar de usar estos últimos días para cerrar proyectos o exigir al PP que cumpla con sus promesas, el alcalde ha optado por perjudicar a la ciudad. Es una irresponsabilidad enorme, especialmente cuando hay tanto en juego.
Aunque ahora tenga que trabajar desde la sombra, mi compromiso con Jaén sigue firme. No voy a dejar de apoyar a mis compañeros y de luchar por los proyectos que empezamos. Esto no se trata de títulos ni de cargos; se trata de Jaén y de todo lo que podemos lograr juntos.
En los próximos días, seguiré compartiendo contenido para manteneros informados sobre esta situación y el futuro de la ciudad. Porque Jaén merece más, y no voy a abandonar la lucha por el cambio que esta ciudad necesita.
Si has llegado hasta aquí, gracias por leer. Tu apoyo es fundamental en momentos como este. ¡Seguimos adelante!
